Crees en los ángeles? II

new cap.. no tengo tiempo... besososo y comenten!! ♥

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Cap. 2:   la luz no tarda en iluminar las partes oscuras de la vida.

“noticia de último momento, una niña de apenas 7 años falleció a primeras horas de la mañana. El médico J. Jones del hospital San Francisco donde se albergaba la niña ha dicho que el problema de corazón había sido fatal. La niña no podía aguantar más y falleció. Samanta Zallen, será enterrada el día domingo 10 de febrero. Mi más sentido pésame para la familia que ha sufrido mucho estos últimos 7 años.”- apague el televisor.

No podía escuchar más. Pobre niña. Tanto por vivir y muere por su corazón. Tengo el presentimiento que la veré de nuevo.

Tocaron la puerta. ¿Quién será? ¿Será Niall? Me levanto de un salto del sillón. Estuve recostada toda la noche. Los ángeles no duermen. Algo que tienes que recordar.

-hola.- una voz fina y bajita, casi en susurros, hablo cuando abrí la puerta.  Tuve que bajar la mirada para saber quién era. Eso sí, no era Niall.

-hola. ¿Quién eres? ¿Estás perdida?- pregunte agachándome para estar a la misma altura que la nena. Su cara me parecía familiar. La he visto anteriormente.

-soy… emmm… no lo recuerdo. – bajó la mirada al suelo. Pelo castaño, piel blanca, unos ojos cafés. ¡Es la nena de la televisión! 

-¿tú eres samanta?- pregunte.

-no lo sé. No estoy segura.

-sí. Claro que lo eres. Pero… ¿Qué haces aquí?

-aparecí. Así de la nada. No sé en donde estoy. – sentí como empezaba a sollozar.

-¡ay! No llores. Venga. Pasa.- dije con una sonrisa levantándome y haciéndome a un lado para que la niña pase. Esta con paso inseguro y mirando todavía el piso entro al departamento. – Siéntate- le dije y se sentó en el sillón.

-¿y cómo te llamas?- pregunto dirigiendo su mirada a mis ojos.

-emmm m… Melanie.- dije todavía no muy segura si debía decírselo.

-qué bonito nombre- sonrió.

-el tu…. –tocaron timbre. Oh no. Nadie puede verla. ¡Está muerta! – Emmm ¿te podrías esconder?- le pregunte agachándome para quedar a la altura.

-¿Por qué? – pregunto bajándose del sillón

-nadie te puede ver. Es un secreto entre nosotras dos. – dije y ella salió disparada hacia mi pieza.

Decidida fui a abrir la puerta. El estaba sonriente apoyado en el remarco de la puerta.

-hola- dijo mostrando sus dientes. – ¿puedo pasar?

 
-emmm, si. Claro, pasa- dije esperando que no tenga por esas casualidades de ir al baño y pase por mi pieza.

-quería saber si… te… gustaría salir… así como amigos.

-pero recién nos conocemos. Apenas se tu nombre.- dije tratando de que se vaya rápido.

-bueno, pero…- un ruido fuerte y seco lo interrumpió. ¡Ay no! – ¿Qué fue eso?- adelanto unos pasos hacia el pasillo. Yo me puse en frente haciéndole imposible el paso.- ¿hay alguien más?- pregunto levantando una ceja

-¿Qué te importa que haya otra persona?- levante la ceja también

-okey, entonces hay alguien- dijo acertando su teoría.

-sí, hay alguien. Pero para allá es un quilombo y no quiero que pases. – dije, quería cerrar el paso, pero encima de que no había puerta, el me ponía una carita de cachorrito tan tierna que… ¿qué estoy diciendo? ¡No! ¡No puede pasar se daría el susto de su vida al encontrarse con un muerto!

-bueno. Está bien- retiro la mirada.- ¿puedo ir al baño?- pregunto pensando que yo le diría que sí y que podría mirar para allá adentro pero realmente soy mucho mas lista que el.

-no. ¿Y por qué no nos vamos a tomas algo? Ya que viniste para eso ¿no?

-sí pero afuera esta frio así que te acompaño a buscar tu abrigo.

-no necesito abrigo. Lo tengo puesto- contraataque

-hace como 5 grados bajo cero y estas de manga corta con una calza y sandalias. Aunque sea cámbiate. Y aunque tengas ese abrigo no te calentara mucho

¡Ah! Qué bien. Y que me pongo. No tengo ropa. Me pongo las zapatillas y listo no tengo nada que ponerme.  

-traigo las zapatillas y nos vamos.

-¿solo zapatillas? ¿No tienes camperas ni remeras mangas largas, o algo por el estilo?- negué con vergüenza 

– en cerio. – me miro incrédulo. 

 
-espérame- dije caminando hacia atrás sin dejar de mirarlo a los ojos. Llegue a la habitación y Sam estaba acostada en la cama. Eso si había cajas en forma de escalera todas pilada. Era bastante alta la cama. Entre todo esto me quede mirándola como dormía pacíficamente y no note como alguien se paro al lado mío.  

-¿Quién es?- pregunto haciendo que dé un salto de susto.

-te dije que no entraras.

-¿es tu hija?- pregunto con cara de que lo hubiera traicionado

-no claro que no es mi hija. Vamos sal de aquí- dije sin levantar la voz para que no se despertara

-yo la conozco, la vi en las noticias.- dijo y abrió los ojos y camino hacia atrás separándose de mí. - ¿Quién son?- pregunto. Sentí como su voz era apenas finita, y su corazón latía lo más rápido posible

-no. Niall. Estas cambiando las cosas de lugar. Soy…

-Melanie? ¿Qué paso? – dijo Sam saliendo de la recamara frotándose los ojos con la palma de la mano.

-así que te llamas Melanie. ¿Y pensabas decírmelo y querías que te conozca como dan?

Un silencio se apodero de todo el recinto. Me dejo muda. No sabía que decir. La cara de asco de Niall expresaba todo lo que él sentía por mí. Pasaron segundos. Pero para mí pasaron horas. Dirigí la mirada al suelo, en forma de derrota y hablo.

-como me lo imaginaba- se retiro del pasillo llegando al living

-¡¡¡espera Niall ‼!- grite cuando fue a abrir la puerta pero no me di cuenta de que Sam se había agarrado de mi pierna y caí al piso. Me he caído muchas veces pero esta es la que más me dolió.

-¿estás bien?- pregunto Niall llegando hasta mi y sentándose en el piso para quedar a mi altura. - ¿te has hecho daño? – Pregunto- ven te ayudo- agarro una de las mangas del abrigo y tiro. Lamentablemente no sé como hizo pero me lo saco.

Sus ojos abiertos se abrían cada vez más mientras que mis alas se extendían y dejaban ver las plumas grandes y blancas... a lo mejor un poco sucias por la tierra. Sam se había puesto más blanca de lo que era anteriormente y yo. Bueno… yo estoy tirada en el suelo, con todo mi pelo hacia delante tapándome un poco la vista. Y ¡ah! Olvido un pequeño detalle.  ¡Mis alas abiertas!

Niall intento decir algo, pero las palabras se le quedaron estancadas en la punta de la lengua amagando con salir. Un ¡¿ah!? Salió de su boca. Al fin. No sé y creo que él tampoco si era ese pequeño grito de sorpresa o de miedo.

-Emmm, yo tengo que irme. – dijo medio tartamudeando las palabras.

-¡no! No te vayas.- me levante como pude, pero cuando lo hice y tome el abrigo, me lo puse y cerré la puerta el ya tenía una gran ventaja.

-¡Niall! ¡¡¡Niall‼! No te vayas. – aunque parezca desesperada, no confió en él y quiero arreglar todo. Me hice invisible, lo buscare mejor así.

Llegue a la planta baja. 3 pisos y que rápido corre. Salí afuera, había muchísima gente. Mire para todos lados, buscándolo. Y lo encontré, su cabellera rubia y su altura se destacaban entre toda la gente. Salí corriendo en esa dirección. Llegue a la esquina y el cruzo. Justo segundos después empezaron a venir autos, camionetas, colectivos, camiones. Todo. Haciéndome más difícil el paso.

Tuve una idea. No era buena. Si alguien me veía, mañana aparecería en las noticias y eso es lo que no quiero. Los autos y camiones no cesaban. Eran como sangre en una herida, quieres que cese, pero solo empeora y sale más.

Decidida me saque el abrigo y lo deje arriba de un poste. Ahí nadie lo vería. Mire en todas las direcciones haber si alguien me veía. Nada. Perfecto. Desplegué mis alas y dando un pequeño saltito al cielo empecé a volar.  Bueno, solo a planear. Hoy había mucho viento.

Mi cabeza mirando a unos metros debajo de mí. Entre toda la gente a unos 30 metros más adelante estaba caminando.  Cabeza gacha. Manos en los bolsillos.

-¡Niall!- grite. Se dio vuelta. No vio a nadie y volvió a mirar el suelo. Vi como sus ojos se pusieron brillosos al oír su nombre. A lo mejor pensaba que era yo.

Grite de nuevo. Esta vez no se dio vuelta. Acelere el vuelo y me puse en la esquina de esa cuadra. Lo vi llegar y vi como se asusto al verte ahí.

-¿Cómo llegaste?- pregunto susurrando con miedo a lo que iba a decir.

Desplegué mis alas otra vez, e hizo un paso hacia atrás.

-no me temas. No te hare nada- susurre mirándolo. Mi cara de tristeza. De seguro. Creo que le dio pena mi cara.

-lamentablemente te tengo miedo.- dijo en tono normal.

-¿está bien?- pregunto un hombre de traje negro que pasaba por su lado. Cierto, soy invisible. ¿Y me puede ver? ¡No toque nada! Okey confirmado, encontré mi misión. El primer humano que ve un ángel.

 -¿disculpe?- dijo Niall confundido.

-no, lo siento, es que lo vi hablando solo, y me he preocupado. Lo siento. Que tenga buen día.- dijo rápido y caminando acelerado casi trotando.

-¿hablando solo?- se pregunto a sí mismo. – nadie te ha visto, ¿no? – me pregunto dirigiéndome  una mirada triste y dulce de su parte. Yo solo negué con la cabeza.- estoy delirando. Veo a una chica con alas- dijo resaltando la palabra ALAS- nadie la puede ver, me la encontré con una niña muerta.- se decía mientras empezaba a caminar lento.- me estoy volviendo loco. – se agarro la cabeza

-no lo estas- hable y se dio media vuelta observándome. Esos ojos me derretían. Nadie me ha derretido solo con la mirada. Es como mágico. Por primera vez siento esas mariposas en mi pansa revoloteando sin control, esas las que todo el mundo siente cuando se enamora.

¿Me estaré enamorando?